Interesantísima esta guía de edutopia.org que quiero compartir pidiendo que deis vuestra receta mágica para ir incorporando a cada punto.
TODOS HEMOS ESCUCHADO ESTO SOBRE LOS ALUMNOS: “Si están interesados, es más fácil manejarlos”. Y es la pura verdad. Pero aun así necesitamos reglas, rutinas, confianza y participación de los alumnos para que la clase se desarrolle de manera fluida y efectiva. Esta guía abordará los aspectos prácticos del manejo de una clase, con sugerencias y recursos adecuados para E. Infantil y E. Primaria.
LISTA DE CONSEJOS
1. Crea una comunidad.
Tómate el tiempo y la energía necesarios para fortalecer la comunidad y las relaciones en el aula. Los resultados justifican el esfuerzo.
- Establece relaciones de afecto. Cuando se consigue esto, habrá muchos menos problemas de conducta.
- Saluda a tus alumnos en la puerta
- Realiza juegos que faciliten que os conozcáis. Peter Pappas en su blog explica de qué manera una actividad interesante, como resolver un misterio, puede tener múltiples beneficios: http:// www.peterpappas.com/2010/08/first-day-school-engage-problem- solve-how-to-get-students-thinking.html.
2. Crea un ambiente seguro, agradable y disciplinado en la clase
EL ENTORNO FÍSICO ADECUADO ayuda a crear una comunidad de aprendizaje positiva. Cuando los alumnos entran a una clase, necesitan verse reflejados. Sus proyectos y trabajos escritos deberían ocupar las paredes, y deberían tener fácil acceso a los materiales y notas, como así también un lugar donde entregar las tareas de clase.
- Pídeles a los alumnos que diseñen su clase.
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¿Cómo es la iluminación en tu clase? Intenta realizar pequeños ajustes, tales como traer unas lámparas de pie y apagar algunas de las luces fluorescentes. Esto puede crear un ambiente más tranquilo y menos institucional.
Mover los pupitres y probar diferentes configuraciones de las mesas también puede crear un entorno más agradable que sea más apto para la colaboración. El aprendizaje social y emocional enfatiza el aprendizaje cooperativo centrado en el alumno. Esto significa que acomodarás las mesas en grupos o moverás a los estudiantes para que estén uno frente a otro. Esto puede hacer que la clase sea un poco ruidosa, pero ayuda a crear una comunidad de estudiantes mucho más rápidamente que si se organizan los escritorios en filas mirando hacia el frente de la clase. ¡Arriésgate y prueba!
3. Incluye a los alumnos en la elaboración de reglas, normas, rutinas y consecuencias
LAS REGLAS SON DIFERENTES de las rutinas y las normas. Las reglas traen consigo consecuencias, mientras que las rutinas y las normas tienen recordatorios
Contratos sociales: Al establecer tanto reglas como rutinas, es esencial que los alumnos puedan dar su opinión.
El inicio del nuevo año escolar es el momento ideal para preparar un contrato social. Comienza pidiéndoles a los niños que mencionen todas las cosas que ven, sienten y escuchan en la clase que los hacen sentirse cómodos, seguros y felices. Recoge los resultados en un organizador gráfico.
Interesante este manual: SER PERSONA Y RELACIONARSE. COMPETENCIA SOCIAL EN EL AULA
Disciplina del desarrollo. ¿Con qué frecuencia notas que el mismo alumno llega tarde a clase, les hace comen- tarios desagradables a sus compañeros o repite otras conductas negativas? Modifica este patrón con la disciplina del desarrollo. Se trata de una filosofía que requiere que la persona examine por qué algo ocurrió y luego considere qué se puede hacer para rectificar la situación y evitar que suceda nuevamente. La disciplina del desarrollo alienta a los maestros a usar actividades para crear una comunidad, junto con las consecuencias adecuadas, para que los alumnos piensen cómo se comportan y cómo se tratan entre ellos. En lugar de recibir un castigo, el alumno puede escribir un plan de “reparación” o una carta de disculpas, o proponer su propia consecuencia adecuada y efectiva.
Implementa el A S E aprendizaje social y emocional
4. Crea una variedad de canales de comunicación
¿DE CUÁNTAS MANERAS DIFERENTES se pueden comunicar los alumnos contigo? Cuantas más opciones tengan, mejor.
Comunicación entre el maestro y los alumnos: Si existen varias opciones confiables para que los alumnos hablen contigo, las clases se desarrollarán con fluidez. Aquí hay algunas ideas para probar:
- Anima a los alumnos a comunicarse contigo por Internet.
- Intenta estar disponible en diferentes momentos del día. Así te asegurarás de que todos los alumnos puedan venir y sentarse contigo para tener una charla en privado si fuera necesario (antes de la escuela, una vez a la semana durante el almuerzo, cualquier día después de la escuela).
- Coloca un buzón de sugerencias en tu escritorio para que los alumnos puedan dejar notas anónimas.
- Pídeles a los alumnos que entreguen diarios de proyectos o cuadernos semanales. Incluye una o dos tareas en las cuales los estudiantes puedan escribir libremente lo que quieran, incluso una carta para ti, si así lo desean.
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Los alumnos crecen emocional y socialmente cuando comparten sus ideas y su intelecto con los demás estudiantes. Como maestros, explícitamente debemos dedicarle a esto la mayor cantidad de tiempo posible. Podemos hacerlo mediante actividades como «piensa y comparte en pareja», «conversaciones en tríos», tertulias o seminarios. Utiliza el aprendizaje cooperativo en el aula.
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En cuanto a los grupos de estudiantes, procura mezclarlos con frecuencia para que no se formen “camarillas”. Si rotas constantemente los grupos y los pares, en poco tiempo todos los alumnos habrán compartido alguna actividad con los demás estudiantes, y las conexiones serán visibles.
Finalmente, cuando estés hablando con toda la clase, usa frases que sean alentadoras en lugar de acusatorias, negativas o desalentadoras. Como maestros, continuamente debemos modelar las conductas —y el lenguaje— que deseamos ver en nuestros alumnos.
5. Siempre sé tranquilo, justo y coherente
LA CONFIANZA ES EL CORAZÓN palpitante y saludable de una clase en funcionamiento. Sin ella, es casi imposible manejar una clase, como así también establecer relaciones con los alumnos. Un maestro tranquilo, justo y coherente es un maestro en el que se puede confiar.
Tranquilidad: Siempretenunaconductatranquilayfirme,inclusosila cabeza y el corazón te dicen que actúes de otra manera. (Nunca respondas a la furia, el sarcasmo o el enojo de un alumno con la misma emoción.) ¡Usa tu capacidad de actuación que todos aprendemos como maestros! Y cuando sientas que te hierve la sangre, recuerda esto: los niños no confían en los maestros reactivos y, por lo general, no los respetan. El miedo nunca debe ser el gran motivador en nuestras clases.
Permanecer tranquilo significa nunca levantar la voz o hablar por encima de la clase. Si los alumnos están hablando, espera. Espera un poco más. Espera hasta que sea tan incómodo que varios alumnos empiecen a callar a los demás.
Justicia: Aunque no sientas lo mismo por cada alumno, ellos nunca deben saber o darse cuenta de esto. Ser justo significa que todos los alumnos deben seguir las mismas reglas —y recibir las mismas excepciones a esas reglas.
Para asegurarte de que eres justo, recuerda hacer lo siguiente:
Evita llamar o escoger a los mismos alumnos una y otra vez, para que esto no suceda puedes tener un bote con palitos (depresores, palos de polo…) con el nombre de cada uno, coge un palo cualquiera cuando quieras que tus alumnos intervengan, de este modo no preguntarás siempre a los mismos.
Reconoce ante la clase que se ha hecho una excepción (para un estudiante, otro período de clase o un grupo) y, si es posible, explica por qué.
Coherencia: Si tienes un día con altibajos, mantén el curso y no cambies la agenda de ese día o la estructura de la clase. Esto ayuda a que los niños se sientan seguros.
Modelar la conducta positiva: Mientras estás enseñando, debes mostrar compasión, interés, paciencia y autocontrol en cada oportunidad que tengas. Los ojos de los alumnos están puestos en nosotros en todo momento, incluso cuando pensamos que están sumidos en sus tareas. Ellos observan, escuchan, aprenden y después repiten las conductas que ven.
6. Conoce a tus alumnos
Tómate tu tiempo para conocer las características de tus alumnos, de dónde vienen, en qué entorno viven, lo que les gusta y les molesta, … para acercarte a ellos de la mejor manera posible.
7. Enfrenta los conflictos rápidamente y con inteligencia.
NO DEJES QUE EL CONFLICTO CREZCA. Esto significa que deberías asegurarte de abordar un problema que tengas con algún alumno o que haya entre dos alumnos lo más rápido posible. Los sentimientos negativos —de tu parte o de los estudiantes— pueden empeorar rápidamente.
Para manejar estos conflictos con inteligencia, tú y el estudiante deberían apartarse de los demás alumnos, quizás reunirse en la entrada del salón de clases. Haz preguntas ingenuas como: “¿Cómo te puedo ayudar?”. No acuses al niño de nada. Actúa como si realmente te importara, aunque en ese momento sientas lo contrario. Por lo general, el alumno quedará desarmado porque espera que estés enojado y tengas una actitud agresiva.
Y siempre asume un enfoque positivo. Di: “Parece que tienes una pregunta” en lugar de “¿Por qué estás hablando y no estás trabajando?”.
Cuando los alumnos tengan conflictos entre ellos, permanece neutral. Usa lenguaje neutral mientras actúas como mediador para ayudarlos a resolver el problema en forma pacífica.
Si no tienes experiencia y crees que necesitas ayuda para mediar, acude a algún compañero que sepas que maneja bien este tipo de situaciones para que te oriente. También puedes encontrar muchos manuales para formarte.
Muy interesante este manual: LA RESOLUCIÓN CREATIVA DE CONFLICTOS (MANUAL DE ACTIVIDADES)
Interesantes también los 14 Trucos para resolver conflictos que comparte escuela20.com
8. Incorpora rituales positivos en la clase
ES MÁS HABITUAL en los grados de escuela primaria que el día comience con una actividad orientada a establecer un sentido de comunidad. Pero empezar bien es importante en todas las edades. Aquí hay algunas sugerencias para lograrlo.
Reuniones matutinas: Es un breve foro durante el cual se saluda a cada persona del grupo. Crea un sentimiento de “estamos todos juntos en esto”.
Cosas buenas: Pídeles a algunos voluntarios que compartan algo bueno que les haya pasado o vaya a pasar.
A moverse: Pídeles a los alumnos que digan una palabra que describa cómo se sienten hoy. Comienza con un voluntario y luego “muévete” por la clase. Dales a los alumnos la opción de pasar, si ellos quieren.
9. Mantén el sentido de realidad
DESCUBRE LAS COSAS que les interesan a tus alumnos —tendencias, música, programas de TV y juegos— e incorpóralas mientras les enseñas las habilidades, los conceptos y los conocimientos que necesitan. Es bueno relacionar el aprendizaje con sus vidas siempre que puedas.
Aprovechar los conocimientos y esquemas previos: Ya no los decía Paulo Freire.
Usar preguntas esenciales:
Las preguntas nos impulsan a pensar, cuando una respuesta genera otra pregunta, el pensamiento sigue indagando, por lo que el hacer preguntas nos ayuda a comprender, entre más profunda la pregunta más profunda es la comprensión del tema.. Las preguntas esenciales no tienen una respuesta correcta o incorrecta, y tampoco son fáciles de responder. Le dan significado y relevancia a lo que están estudiando los alumnos, y su objetivo es captar la atención y los pensamientos —y a veces el corazón— de un grupo de estudiantes. No se deben resolver, son para discutir y reflexionar.
Lectura recomendada- El Arte de Formular Preguntas Esenciales
Evaluación auténtica: La evaluación auténtica mide el aprendizaje de los alumnos con tareas de taxonomía de Bloom relevantes y de alto nivel —la clase de tareas que los alumnos deberían hacer si realmente estuvieran trabajando en el campo de estudio.
Para realizar una evaluación auténtica, deberás planificar hacia atrás, comenzando por lo que quieres que los niños sepan y puedan hacer para la evaluación. Grant Wiggins, el aclamado autor de Understanding By Design, se refiere a esto como “comenzar con el final en mente”.
Si el inicio y el final de una unidad les parecen “reales” a tus alumnos, entonces hay más probabilidades de que muestren interés durante el importante viaje intermedio
10. Trabaja junto con los padres y tutores
ESTE ES EL ÚLTIMO CONSEJO POR UN BUEN MOTIVO. Los maestros sabemos que trabajar en conjunto con los padres no es fácil ni está completamente bajo nuestro control. La relación entre padres y maestros es importante para los logros académicos de un niño, ya que permite que ambos comprendan mejor sus necesidades.
Aquí hay algunas formas simples pero infalibles de conectarse y trabajar con padres y tutores.
Primero, trabajo de averiguación: Pídeles a los niños que completen una ficha del tipo “Sobre mí” durante la primera semana de escuela. Asegúrate de tener el número de tf de los padres.
Era digital: Considera crear tu propio sitio web, wiki o página en el sitio web de la escuela para que los padres puedan mirar rápidamente y ponerse al corriente en seguida sobre los temas de estudio y las tareas de clase y para hacer en la casa.
Cara a cara: Posibilita reuniones cara a cara para conocerse y hablar sobre la evolución del alumno /hijo
Llamadas a casa: Haz llamadas “positivas” siempre que puedas. No hay nada más deprimente que tener que sentarse después de un día de clases y llamar a la casa de cinco alumnos para dar malas noticias. Llamar a las casas para contar algo positivo te alegrará el día a ti y a ellos, y abre las puertas para una relación.
Cuando sea necesario llamar por un problema, asegúrate primero de mencionar algo positivo sobre el alumno antes de decir: “Un tema que me preocupa…”.
Aquí un documento de buenas prácticas para reforzar el tema.
Fuente: http://www.edutopia.org/classroom-management-resource-guide
SILVIA dice
LA INFORMACIÓN ME PARECE INTERESANTE…A DARLE VIDA DENTRO DE LAS AULAS